Antes Trump le pedía al Congreso que aprobara su agenda. Ahora está dispuesto a implementarla solo Trump, que se dirigirá al Congreso el martes por la noche, ha afirmado su autoridad para remodelar el Gobierno y deportar a miles sin necesidad de consultar al poder legislativo.
A juzgar por sus pasados discursos ante el Congreso, el presidente, Donald Trump, sintió una vez la necesidad de pedir a los legisladores que aprobaran su agenda. Ahora ya no. Trump, que se dirigirá al Congreso el martes por la noche, ha afirmado su autoridad para remodelar el.
Gobierno federal sin necesidad de consultar al poder legislativo. Esto supone una ruptura con sus anteriores declaraciones ante el Congreso, en las que pedía específicamente el respaldo para muchas de las medidas que ahora está tomando unilateralmente.
Por su cuenta, Trump ha firmado órdenes para imponer impuestos punitivos a las importaciones, deportar a inmigrantes que están en el país ilegalmente, despedir a cientos de miles de trabajadores federales y congelar el gasto aprobado por el Congreso.
Este enfoque tiene sus límites, ya que seguirá necesitando la ayuda de los legisladores para prorrogar sus recortes fiscales de 2017. Pero los discursos pronunciados durante el primer mandato de Trump muestran su evolución como líder. Su retórica esperanzadora en 2017 dio paso a un discurso sobre el Estado de la Unión en 2020 en el que los demócratas eran socialistas.
El acontecimiento que definió a Estados Unidos ese año –la pandemia de coronavirus– solo recibió una breve mención por parte de Trump.“La antorcha de la verdad, la libertad y la justicia”
Antes de su discurso de 2017, Trump ya había conmocionado a la opinión pública con su discurso inaugural, decididamente sombrío, de “la carnicería estadounidense”. Pero para su discurso ante el Congreso, el republicano se mostró más optimista.
Comenzó con una celebración de los derechos civiles, ya que febrero es el Mes de la Historia Negra, un evento que el presidente de entonces consideraba que creaba una obligación moral para el país. “Cada generación estadounidense pasa la antorcha de la verdad, la libertad y la justicia en una cadena ininterrumpida”, señaló Trump.
“Esa antorcha está ahora en nuestras manos. Y la usaremos para iluminar el mundo. Estoy aquí esta noche para dar un mensaje de unidad y fuerza, y es un mensaje que sale profundamente de mi corazón”. Este año, Trump llega a su discurso después de lanzar un esfuerzo generalizado para eliminar cualquier iniciativa de diversidad, equidad e inclusión en el Gobierno, las empresas y las escuelas.
En su discurso de 2017, Trump expuso un conjunto de promesas aparentemente audaces para acabar con la delincuencia, asegurar la frontera sur, recortar impuestos y restaurar la producción como motor de la economía estadounidense. Todavía era un momento en el que el propio presidente intentaba navegar por un Washington en el que era un extraño y un forastero.
En sus declaraciones, sugirió que los aranceles ayudarían a empresas estadounidenses emblemáticas como Harley-Davidson, el fabricante de motocicletas. Fue tanto una expresión de su creencia fundamental en los aranceles como una señal a los críticos de que los impuestos a la importación podrían no ser la panacea que Trump afirmaba. Cuando Trump habló en 2017, las acciones de Harley-Davidson se vendían a más de 55 dólares la acción.
El precio cayó irregularmente después de sus comentarios y tocó fondo durante la pandemia de 2020. Desde el comienzo de 2025 con el regreso de Trump, el precio de las acciones del fabricante de motocicletas ha caído aún más hasta 26 dólares. “Nuestro nuevo momento estadounidense” En su Estado de la Nación de 2018, Trump venía de una gran victoria legislativa con su Tax Cuts and Jobs Act.
Firmado en diciembre de 2017, redujo permanentemente la tasa del impuesto de sociedades al 21% e incluyó una serie de recortes del impuesto sobre la renta de las personas físicas que expiran después de 2025. Los republicanos destacaron la amplitud de los recortes fiscales de 2 billones de dólares, mientras que los demócratas señalaron cómo se inclinaban hacia los ricos.
“Este es nuestro nuevo momento estadounidense”, prometió Trump. “Nunca ha habido un mejor momento para empezar a vivir el sueño americano”.El presidente señaló que los empresarios habían pagado a unos 3 millones de trabajadores “bonificaciones por recortes fiscales” y que los ingresos promedios de las familias aumentarían en 4,000 dólares (algo que hicieron con creces en 2019,
solo para caer con la pandemia y el repunte de la inflación durante los dos primeros años de mandato del expresidente Joe Biden). Trump también señaló que “Apple acaba de anunciar que planea invertir un total de 350,000 millones de dólares en Estados Unidos y contratar a otros 20,000 trabajadores”.
Si esa afirmación suena familiar, es porque en los últimos días, la Casa Blanca ha destacado los planes de Apple de invertir 500,000 millones de dólares en los próximos cuatro años, aunque la compañía ya había planeado aumentar su fabricación nacional. Trump también pidió al Congreso que otorgue al poder ejecutivo la potestad de “destituir a los empleados federales que socaven la confianza pública o fallen al pueblo estadounidense”.
El mandatario buscó más de un billón de dólares en inversiones en infraestructuras (que Biden finalmente proporcionó con una ley bipartidista), así como un proyecto de ley de inmigración que bloquearía la frontera pero daría “un camino a la ciudadanía para 1.8 millones de inmigrantes indocumentados que fueron traídos aquí por sus padres a una edad temprana”.
“Grandeza o bloqueo” Para el Estado de la Nación de 2019 de Trump, los demócratas habían recuperado la mayoría en la Cámara de Representantes después de una paliza a los republicanos en las midterms. El presidente ajustó su retórica y pidió una alianza bipartidista. “Debemos elegir entre grandeza o bloqueo, resultados o resistencia, visión o venganza, progreso increíble o destrucción sin sentido”, dijo. “Esta noche, les pido que elijan la grandeza”.
